Todas las personas poseemos una luz dentro de nuestro ser que nos muestra el camino por donde transitar la vida, sin embargo, en muchas ocasiones se ve muy disminuida por las diversas situaciones por las que atravesamos.
Seguramente ya has escuchado que todo es energía, por lo tanto, si vivimos en la queja permanente, con pensamientos negativos o de derrota, con preocupaciones constantes y estrés permanente, esta luz se hace cada vez más débil.
Para que esa luz brille y nos ilumine el camino, es necesario adoptar la práctica de la consciencia.
¿Y me preguntarán y cómo se hace eso?
Para poder expandir esa luz es importante reconocer y hacerse responsable de nuestros actos, integrar ese aprendizaje, no culparse a si mismo o a otros, aceptar las experiencias dolorosas, salirse de la negatividad, identificar nuestras debilidades y equivocaciones, somos humanos y no somos perfectos.
Cuando empezamos a dar luz a lo que nos pasa, podemos ver posibilidades y opciones, que antes no lográbamos vislumbrar; haciendo que esa luz interior vaya recobrando fuerza, claridad e intensidad.
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