La autoestima es un término muy usado últimamente y pareciera estar de moda, sin embargo, es necesario aclarar que la autoestima no nace espontáneamente o de manera voluntaria, la autoestima se forma de las experiencias de vida, de lo que cada una vivimos en nuestra infancia, en nuestros primeros años de vida y esta primera percepción está basada en la forma en la que nos valoraron las personas importantes cerca de nosotras, nuestra madre, padre y familia cercana.
Es decir, la familia y adultos mayores con los que convivimos desde nuestro nacimiento, son los modelos y la primera imagen de la forma en la que percibimos nuestro ser.
Más adelante, la sociedad y cultura también influenciaran de manera importante en nuestra identidad.
Mantener la autoestima y amor propio, es la capacidad de querernos, apreciarnos y aceptarnos a nosotras mismas, es ponernos siempre en primer lugar, ser las protagonistas principales de nuestra historia; pero esto es un proceso, no se da de la noche a la mañana, se necesita constancia y esfuerzo, es un trabajo que va a durar toda la vida y requiere de nuestra atención, de ponernos en acción y de decidir hacerlo.