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  • Foto del escritorPsicóloga Dalia Villasana

EL SACO DE CARBÓN...

Actualizado: 1 feb 2021


Un buen día, Jaimito entró a su casa dando un portazo, visiblemente molesto y gritando.

Su padre, al verle le llamó, y le preguntó el motivo de de tanta irritación…

Papá, –le contestó Jaimito- ¡Te juro que tengo mucha rabia!, Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo, y por eso le deseo todo el mal del mundo.

Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, le escuchaba con calma mientras Jaimito añadía:

Imagínate, que el estúpido de Pedrito me humilló frente a todos mis amigos, y eso… eso no lo acepto!

El padre siguió escuchando por un rato, y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa en donde vivían; retiro un saco lleno de carbón… lo deposito en medio del jardín, y le dijo a Jaimito:

Mira hijo, ¿ves aquella camisa blanca que está en el tendedero?, Piensa por un momento que se trata de Pedrito, y que cada trozo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento tuyo que va hacia él; Tira, uno a uno, todos los trozos de carbón que tiene el saco, y después yo regresaré para ver como ha quedado la camisa.

Jaimito, se tomó la propuesta de su padre como un juego, y comenzó a lanzar, con furia, todos los trozos de carbón… pero como el tendedero estaba lejos, pocos de ellos acertaron en la camisa.

Al rato, el padre regresó y pregunto a Jaimito:

Hijo, ¿Qué tal te sientes?

Cansado pero alegre –contestó Jaimito- fíjate Papá! algunos trozos de carbón llegaron hasta la camisa!

El padre tomó al niño de la mano y le dijo… –Ven conmigo, he de enseñarte algo-

Le colocó frente a un espejo que permitía ver todo su cuerpo, y Jaimito no pudo reprimir una expresión de susto!

Estaba todo negro… y sólo se le podían ver sus dientes y sus ojos; Torció la cabeza hacia su padre, y en ese momento él le dijo:

Hijo, como has podido observar, la camisa ha quedado un poco sucia, pero no es comparable a lo sucio que has quedado tu mismo; El mal que deseamos a otros se nos devuelve y se multiplica, es mas, por mucho que intentemos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos o palabras, los residuos y la suciedad siempre quedan en nosotros mismos.


Lo anterior, también aplica para lo positivo, es el famoso efecto boomerang, todo lo que mandamos para afuera nos regresa tarde o temprano, entonces mejor desear lo mejor para los demás, porque se nos regresará multiplicado.

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